(Viaje a Lisboa 06)
Mi querido amigo:
Me abruma con sus informaciones. Usted escribe ¡a la velocidad que ve! Yo, en cambio, soy de tránsito intestinal lento. Mis obligaciones para con mis plantas y mis canarios tampoco me dejan el tiempo que me reclaman sus ojos. Le diré, no obstante, que me alegra ver parte del mundo exterior anclado en el XIX como lo estoy yo. Eso me lleva a pensar que no todo está perdido, que la civilización puede tener salvación. Sigue leyendo