Mi querido Nando Viñas, su carta me ratifica en mi posición de no abandonar el patio de mi casa en tanto siga sin dolerme nada. ¿Qué me ofrece usted del mundo exterior? ¿un garaje que tarda dos años en arreglar un coche? Ese sitio que usted llama taller mecánico se me antoja moridero de automóviles. Sí, es una gran residencia de ancianos-coches donde custodian sus huesos-chapas hasta que llega el inevitable desenlace. Sigue leyendo