(London 03)
Archivos Mensuales: diciembre 2013
Camita de pinchos y otras penalidades
(Londres 02)
Mi querido Nando, es usted culo de mal asiento. Ahora Londres. Pero ¡ay tunante, va con amigos! Mucho me temo que bajo la tapadera del encargo de su explotador se oculte una estudiada excursión con sus compinches. Y por mi patio qué poquito pasa usted, con lo a gusto que se está a pesar del frío de estos días y lo bien que se come en mi casa. Sigue leyendo
London calling
(Londres 01)
De nuevo en el avión. Un nuevo encargo de escritor fantasma. A Londres. Y todavía no he cobrado lo del último viaje que me debe este escritor alemanuco para el que escribo. Va siendo hora de que hable claramente de él: me explota; y no al estilo de Raffaela Carrá, explota explota mi amor, explota mi corazón. Le paso textos, información, todo bajo contrato, pero a la hora de la verdad, ni paga a su tiempo, ni las condiciones del contrato parece que las vaya a cumplir. Sigue leyendo
“El tío del bigote”
(Zapatillas 08)
Querido amigo, Paredes, John Smith, Le Coq Sportif… claro, claro, claro. Me acuerdo de todas, pero yo tuve las que tuve y cada cual las que se podía permitir, que había clases y castas como en la India. Le Coq Sportif, vaya… ¡capricho de pudientes! Coetáneas de las Paredes en el tiempo que yo sólo llegaba a las Yumas. El Gallo Deportista llegó a vestir a la selección en los Mundiales de México 86 e Italia 90, sin discusión la indumentaria más elegante del combinado nacional en toda su historia. Sigue leyendo
Una infancia en zapatillas
(Zapatillas 07)
Querido amigo, sabe usted que mi infancia, “tierna”, diría usted, transcurrió en las Alemanias, allá por la Selva Negra. Allá no conocíamos las zapatillas tórtolas, si acaso las John Smith, del mismo color y blanca puntera. Pero, en realidad, en Alemania íbamos a la escuela en zapatos y botas con pelillo de borrego por dentro cuando el invierno nos encarnecía. No recuerdo yo una infancia en zapatillas y si acaso, las tendría Adidas o Puma, marcas teutónicas que a usted en aquellos años en este país de piel de toro aún le sonarían a pueblos indios de Massachusett. Sigue leyendo
¡¡¡Las zapatillas deportivas no existen!!!
(Zapatillas 06)
Mi querido amigo, parece que mi última carta no le aclaró la situación pues me achaca, entre otras cosas, incapacidad para comprarme unas zapatillas deportivas. Pensé que la cuestión estaba clara como una mañana de primavera, pero parece no ser así. Se lo descifro al instante sin tapujos: ¡¡¡Las zapatillas deportivas no existen!!! Por lo tanto, aunque quiero, no las puedo adquirir. Ha de saber, mi querido Nando, que la zapatilla deportiva autóctona se extinguió en un momento dado entre febrero de 1998 y agosto de 1999. Entre esas dos fechas tengo documentada su existencia, pero a partir de ese momento sólo existe el cero absoluto. Sigue leyendo